Días caminando sin sentido, horas buscando aquello que
anhelaba ¿Qué deseaba? Casi lo había olvidado. “Siempre” recordó.
Otra puerta apareció ante él, otra construcción divina como
tantas otras que ya había observado. Entró y sus ojos replicaron al percibir la
oscuridad reinante, su garganta también se resistió. De un brasero brotaba
profusamente un humo intoxicante. Cuando sus ojos se hubieron habituado a la
penumbra, vio que los asistentes eran unos ancianos que pronto confundió con
los que había encontrado el día anterior, hasta que un examen más detenido le
sacó de su error. No eran los ancianos. No eran los eternos que le habían
advertido de los peligros de la vida que él quería vivir.
“No podrás soportarlo” le dijo uno de ellos nada más verlo
entrar.
“Crees que es tan fácil” dijo otro.
“Quiero hacerlo” siempre les respondía él.
Ahora estaba seguro que había llegado a su última prueba. No
había duda. Delante de él le observaban atentamente las estrellas fugaces que
cumplirían su deseo. Era todo tan imponente y poderoso que no tuvo más remedio
que bajar la vista hacia el suelo.
“Qué deseas mortal” le preguntó uno de ellos con una voz que
retumbó en toda la estancia.
“Quiero la inmortalidad” respondió sin rodeos.
Una risa ronca y sonora resonó
“Todos queréis lo mismo, ¿Por qué quieres ser eterno?”
“Quiero vivir para siempre”
“Eso es la definición de lo inmortal no por qué deseas serlo”
Tragó saliva.
“No quiero morir, quiero disfrutar de la belleza de la
Tierra todos lo días de la eternidad”
“No sabes lo que vas a encontrar más allá de este mundo”
“Vosotros lo habéis creado y quiero disfrutar de vuestra
infinita misericordia”
El silencio se adueñó de la sala.
“Está bien, pero antes debes pasar una pequeña prueba”
“Estoy conforme” estaba tan emocionado que quería acabar lo
antes posible.
“Dime lo más importante de la vida, si aciertas serás
inmortal, sino morirás”
Se quedó pensando, mirando la forma de sus zapatos ¿lo
importante?
“Lo importante es… el amor…”
Antes de que acabara de pronunciar la última palabra se
esfumó de allí. Había perdido. Ningún mortal sería capaz de averiguar lo más
importante de la vida. Para ellos, la vida era un regalo corto y escaso que se
les concedía con condiciones. La respuesta solo la poseían las divinidades, los
mortales jamás llegarían a entender la importancia de aquello que pueden poseer
tan corto tiempo.
hola Meris, como estas, interesante texto "¿lo importante?", como saber cual es la respuesta siendo mortal, gran moraleja, interesantes textos que publicas en tu blog me gustan, te felicito y sobre todo te agradezco por pasar a visitar mi blog y de paso dejar tu opinion que es de gran importancia para el sitio, te mando un abarzo y que tengas un buen inicio de semana saludos ....
ResponderEliminarHola Bernando, gracias a ti también por tu comentario y tus bonitas palabras. Me alegra mucho de que te gusten mis textos y para mí tampoco es ninguna molestia expresar que me encantan tus dibujos, tienes muchisimo talento para la pintura, espero que llegues muy lejos con ella.
EliminarGracias de nuevo por tus opiniones y buen fin de semana!